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Writer's pictureMauro Silva

¡La seguridad primero!

Nos guste o no, el 4x4 es automovilismo, y el automovilismo es una actividad que resulta peligrosa a fin de cuentas, pues las masas, velocidades y fuerzas que se manejan son tales, que hasta el más pequeño y liviano Suzuki, tiene 10 veces más masa que su dueño. Recuerdo entonces mi definición preferida de lo que es el 4x4: “Es la respetuosa búsqueda de problemas”.

La seguridad es un tema tan amplio, que va desde los guantes y mantenerse hidratado durante las actividades, hasta la construcción y preparación adecuada de un vehículo, dejando a un lado lo que el fabricante pensó en principio y convirtiéndolo básicamente en un aparato que no solo garantice nuestra diversión, sino también nuestra supervivencia. Hablo aquí puntualmente de un aparato que pueda dar botes, sin que uno y sus acompañantes mueran o resulten gravemente heridos.

No sé como sea en el resto del mundo. Pero los colombianos, tenemos ideas muy particulares sobre nuestros vehículos. Por un lado, los consideramos parte de nuestro patrimonio, sin duda son algunas de nuestras más valoradas propiedades, asi sean carros viejos de hace 50 años cuyo valor comercial en cualquier otro país sería de casi cero. Por el otro, sobrevaloramos de forma increíble la originalidad y no nos caben en la cabeza las mejoras. Por algún extraño motivo, el colombiano promedio prefiere, por ejemplo, seguir comprando los ejes que se rompen para su carro, porque son originales, en vez de buscar la versión mejorada de los mismos. (O por qué no, mejorarlos. Es lo que hace que en los Estados Unidos haya una oferta tal de partes aftermarket para mejorar casi cualquier carro y muchas prosperas empresas dedicadas a ello). En fin, este miedo puede deberse también a las “colombianadas”, esos injertos mecánicos que hacen que hasta el más despreocupado modificador de carros, se tome la cabeza a dos manos y mire con miedo.

A lo que voy con lo anterior, es que los colombianos estamos dispuestos a poner en riesgo nuestra vida, para no alterar la tan valorada originalidad de un carro. Como es costumbre, buscamos encontrarle la excepción a la regla. E incluso cuando nos decidimos por hacer una jaula de seguridad, cambiamos una curvita aquí o allá, un tubo menos o uno más. ¡¡Que trabajo nos cuesta cumplir las reglas!! Y no hablo de nadie en particular, pues en ese paquete yo mismo estoy incluido. Ahora que me estoy empapando del tema, me he dado cuenta que al parecer vengo pre-programado para no querer modificar el carro en algunos aspectos puntuales. Todos, incluido yo, estamos dispuestos a subir la suspensión para poner llantas más grandes. A cortar con una pulidora los guardabarros. A instalar un motor más grande o moderno (siempre y cuando sea de la misma marca, para que no se pierda la originalidad), pero nos rompe la cabeza el hecho de que nos toque correr las sillas un par de pulgadas para que por ahí pasen los tubos de una rollcage que nos va a salvar la vida si nos accidentamos. Es loco, pero es cierto.

Y toquemos un poco más a fondo el tema de la seguridad, que sabemos claramente que es amplio. Sobra decir, que ingerir alcohol y conducir es la fórmula para el desastre. A esto súmenle alucinógenos de cualquier tipo o cualquier sustancia que altere los reflejos del cuerpo humano.

Pero más allá de eso, cuando hacemos 4x4, por ejemplo, algo tan simple como el cinturón de seguridad es vital. Ya sea de dos, tres, cuatro, o cinco puntos. Sin embargo siempre lo olvidamos, o peor aun, lo obviamos. El uso del cinturón es importante en la cotidianidad, particularmente en los carros que tienen sillas que no tienen soporte lateral, que en las inclinaciones permiten que nos desacomodemos y nuestra posición para conducir se altere. Este es el momento en el que generalmente todos tienden a buscar el cinturón para ponérselo y ya no funciona, pues el carro está inclinado y el cinturón está bloqueado. Y este, es el mejor de los escenarios. Una simple des-acomodación que nos impide manejar y controlar el vehículo adecuadamente. Ahora imaginemos una volcada. De hecho, gracias a Volvo, no tenemos que imaginarla. Podemos ver el efecto de un cuerpo dentro de un carro que se vuelca, con y sin cinturón de seguridad. Para mis amigos que se han volcado, seguramente esto será mucho más impactante.

Todos somos consientes del riesgo que se corre al hacer 4x4. Las mejores trochas están al borde de enormes desfiladeros, o son empinadas y con grietas tramposas que fácilmente harán que demos el bote. Como siempre digo en los cursos de 4x4 básico, el fracaso siempre es una opción. Y una volcada, también lo es. Y seamos claros. No solo en trocha, también en carretera. Nuestros 4x4, con suspensión levantada, carga en el techo, llantas MT, Son muy propensos a volcarse en carretera, a alta velocidad. Ahí también vale la pena tener el rollcage.

Una volcada puede suceder en cualquier momento, realizando una maniobra evasiva sencilla, esquivando un niño o un perro. El video habla por sí solo. Y como dice el dicho: Hay dos tipos de personas que hacen 4x4. Los que se han volcado y los que se van a volcar.

Y la invitación es a recordar, que nuestros carros y nosotros, somos exactamente igual de vulnerables a lo que aparece en los videos que complementan este post. Dentro del carro, a nuestro lado, no va un maniquí. Va nuestro amigo, nuestra esposa, nuestro hijo, que si no cumple las medidas de seguridad, puede resultar herido o muerto. Los accidentes suceden sin avisar y casi siempre se pueden evitar si somos consientes de los peligros potenciales de las actividades que estamos realizando y de cómo hacer para disminuirlos.

Para quienes creen que la seguridad vale la pena, les cuento que los fabricantes de accesorios para 4x4 en Bogotá, ya están al tanto del tema, pues se ha vuelto norma que para competir, se exija rollcage y cuentan con los equipos y las especificaciones para hacer jaulas que garantizaran que en caso de un accidente, usted salga ileso. Y si, la originalidad de su carro puede valer, pero estoy seguro que no vale más que la vida suya y la de sus acompañantes. Y también, va a costar... pero no me salga con cuentos. Yo sé cuánto cuestan esas exploradoras, ese juego de rines y llantas, ese winch, snorkel, parrilla de techo, defensas y demás accesorios que tiene su carro. Haga el ejercicio, llame y cotice la jaula para su carro. No se va a arrepentir.

Mauro.






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