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Writer's pictureMauro Silva

Autopista del barro



Una de las 13 trochas más duras de la region las mismas del Desafío Kumba 13 trochas, es la famosa “autopista del barro”, ubicada en Guasca, con un nombre que solo tiene sentido en nuestro país en donde las autopistas son una secuencia interminable de huecos y peajes. Esta es una autopista bien particular, pues los huecos de esta autopista no son tantos, aun así son muy especiales, pues tienen cuatro o cinco metros de largo, el ancho perfecto para que quepa un carro fácilmente y sin inconveniente llegan a la mitad de la puerta de un 4x4. (Lea también: ¿Qué es un 4x4?) Y si, esta autopista también tiene peaje.

Nos juntamos a las 8am en un pequeño centro comercial y partimos a las 10 en búsqueda de la ruta. En señal de optimismo, cuando empaqué el equipo en mi carro, decidí dejar todo lo relacionado con camping, pues el plan era no pasar la noche allí, cosa que muchos otros aficionados al 4x4 han tenido que hacer debido a las complicaciones que presenta la ruta. Íbamos en 3 carros razonablemente preparados para dicha ruta. Un Nissan Patrol y dos Toyota; Un fj40 y una Hilux. La Hilux de nuestro querido amigo Felipe presentaría una falla mecánica, motivo por el cual decidiríamos dejarla fuera de la ruta (La idea salvadora). Decidiríamos también enviar al Nissan Patrol de primero y al Toyota fj40 de ultimo. (Pésima idea)

De la primera fosa a la ultima, la única posibilidad real de cruzar era usando el winch. El pesado Patrol, equipado con un Warn VR de 10.000 libras cruzaría la primera fosa sin inconveniente gracias a que había excelentes puntos para anclar el winch. Pero varias fosas más adelante todo se complicaría. La ruta tenía una particularidad y es que no estaba tan mojada. Es decir, solo había grandes cantidades de barro en las fosas, pero el piso alrededor estaba razonablemente seco. En esa condición, el barro era excepcionalmente pegajoso y blando. Parecía arcilla y en algunos casos, era arcilla, que se tragaba la herramienta y se quedaba pegada.

A esto hay que sumarle que la ruta está rodeada de la mata mas malvada que yo he conocido. Un extraño arbusto que fue importado de otro país para hacer cercas vivas, según comentaron los locales, y cuya característica es tener millones de diminutas espinas capaces de atravesar cualquier tipo de ropa y guante. Difíciles de remover con machete (los locales les prenden fuego para eliminarlas). Era tal la cantidad de picaduras de mata malvada, que no escuché a nadie quejarse de una sola picadura de mosquito. La tal mata malvada, es conocida como "uña de gato", se presenta en dos versiones y en realidad es una variedad de acacia.



Luego de un par de horas y varias fosas atravesadas, el Nissan se atasco en un pequeño escalón de barro gredoso que quedaba antes de una fosa. Era el momento para usar el ancla de tierra. Con muchas ilusiones, haríamos mil y un intentos de clavar el ancla en la tierra, pero no lograríamos mucho más que abrir un enorme hueco. El peso del Nissan atascado era tal que el ancla parecía más un arado que un ancla. Arturo, quien coordinaba la recuperación decidió enterrar un poste que había en una de las fosas dentro de un hueco cavado por él, Charles, Camilo y Felipe. Más de un metro de profundidad y un buen rato para sembrar el poste. Trabajo que se perdería con la primera recogida del winch que desenterraría el palo sin el más mínimo esfuerzo. La tierra estaba muy suelta y el ancla parecía estar sub dimensionada para la tarea. Para entonces ya había pasado la hora del almuerzo y juntando ramas habíamos puesto el asador. Si bien eran dos carros, había cerca de 12 personas en el equipo y mientras unos cocinaban, los otros movían herramientas, exploraban la ruta, buscaban leña y claro, el que tenía señal de celular enviaba fotos a las redes sociales.

¡Un excelente equipo!

Pasado el almuerzo de cuatro de la tarde, ya estaban frente a la camioneta las poleas, los gatos, las palas y la caja de herramientas. El equipo peleaba con toda y el Nissan, con la agilidad de un manatí de casi 300 caballos y 3 toneladas, no se movía un milímetro. En la parte delantera usamos un gato marca “hilift”, que funciono perfectamente hasta que no pudimos hacerlo subir más por qué no era humanamente posible. La camioneta no estaba enterrada, estaba pegada. Sembrada. En la parte trasera usamos un “farm jack” chino.


La noche caía y el progreso era casi nulo, entonces recordaba yo mi decisión de dejar el equipo de camping en casa y el optimismo había disminuido seriamente. El equipo le había puesto leña al fuego y la mayoría se preparaba psicológicamente para pasar la noche en el carro. El Toyota se encontraba metros atrás, entre dos fosas sin posibilidad de avanzar o retroceder, este había pasado las fosas sin inconveniente debido a que se anclaba fácilmente del punto de recuperación trasero del Nissan y su winch Warn m8274 lo sacaría sin inconveniente alguno. Uno de los múltiples intentos que hicimos fue usar el winch del Toyota para halar el Patrol hacia atrás, pero por falta de masa, el resultado era que el Toyota avanzaba hacia el Nissan. También usamos el winch para desenterrar el gato chino de 60 pulgadas que se sumergió en el piso unos 70cm.

Las posibilidades se agotaban, así que decidimos pasar la Hilux, que estaba fuera de la trocha por uno de los potreros aledaños a la trocha. Por un error de comunicación, la petición de permiso para entrar al potrero llego a casi todo nuestro equipo pero no al cuidandero del potrero quien escopeta en mano nos dio la bienvenida. Lio que se resolvería finalmente gracias a la colaboración de nuestros amigos de La Calera y la mediación de la Policía Nacional. Finalmente pagaríamos por el pasto pisado con la camioneta y dejaríamos todo en orden con el enfurecido personaje, al que no le interesaba en absoluto el pasto pero realmente estaba interesado en la indemnización.

Se hacía tarde y el Patrol no se había movido un milímetro en las últimas 4 horas, el motor del winch Warn VR10.000 había sido declarado muerto después de que hiciéramos todas las verificaciones. Entonces, decidimos lanzar el fj40 en reverso en la fosa que tenía detrás y juntar todas las eslingas dinámicas y estáticas que teníamos. Desde fuera de la trocha, la Hilux con falla mecánica y en 4x2 luego de cuatro intentos, lograría sacarlo. Aquí quiero hacer una pausa para hablar de llantas. Yo estoy totalmente satisfecho con mis Procomp Xtreme MT2, como llantas de trocha son increíbles, aun así, esto es algo que yo esperaba. Pero la Hilux que está equipada con unas Procomp All Terrain Xtreme nos dejo con la boca abierta a todos. Pues en 4x2 y en piso totalmente mojado y embarrado fue capaz de sacar al otro carro de un atolladero. Con la ayuda de dos eslingas dinámicas de 6 metros y otras cuantas estáticas.

Habiendo pagado ya “el peaje” (como una de las hijas del cuidandero decía) ubicamos el Toyota en frente del Nissan. Ya teníamos todas las eslingas juntas, así que conectamos ambos carros. No había chance de moverse hacia ningún lado más que adelante, el Toyota, manejado por mí se encontraba en una carrilera de matas malvadas. No quedaba otra que tomar impulso, cerrar los ojos, esperar lo mejor y acelerar a fondo. En realidad no cerré los ojos, pero la visibilidad era tal que no había diferencia entre tenerlos abiertos y cerrados, las matas estaban tan cerradas que solo veía el destello de las exploradoras del techo sobre el capó del carro. El primer halon no movió el otro carro. El segundo lo movió un poquito, el tercero un poco más y cerca del quinto, mi carro no se detuvo cuando la eslinga se estiro completamente. Siguió derecho, sentí frustración. Pensé que las eslingas se habían reventado y que ahora teníamos problemas más serios. Fue una sensación de un segundo, seguida de algunos eufóricos gritos de mis amigos. El Patrol estaba libre. Casi no podía creerlo. Extinguimos la fogata que había sido prendida en una hornilla, empacamos la herramienta y al equipo. Y lo logramos. Todo por conseguir una pequeña calcomanía que me recordará que terminé una ruta que resulta bastante curiosa. Desde mi particular punto de vista, no es exigente para quien conduce. Hay inclinaciones laterales, barro profundo, etc. Me parece que es exigente con la preparación del vehículo, pues todo lo que no esté correctamente aislado y sellado se va a llenar de barro y en cuestión de minutos se va a presentar una falla mecánica o eléctrica.

No por esto quiero decir de ninguna manera que sea fácil. Considero que la particularidad es que es exigente con el equipo. Tanto humano como con las herramientas. Es la trocha en la que todo lo barato saldrá caro. En donde todo lo que no esté construido para durar y para trabajar en serio, va a sacar la mano. Pero ni con las mejores herramientas se logrará sin que el equipo humano sea un equipo unido y determinado. Es una trocha que pone a prueba el aguante físico y psicológico de quienes amamos el 4x4. Nos pone de frente a la frustración y nos recuerda porque esta eterna búsqueda de problemas que es el 4x4 nos gusta tanto.

A final del día el balance fue:

· 2 ½ Carros

· 13 horas

· 12 personas

· 1 Warn VR quemado

· 1 Gato tipo hilift chino fallecido

· El ancla ahora está certificada por Charles como un ancla para twingo

· 1 novia a la que le prometieron una aventura y la llevaron a un barrial en una montaña

· Varios millones de espinas de mata malvada en las manos de las 12 personas

· 1 buen grupo de amigos, lo verdaderamente importante.

·

Quiero aprovechar para agradecer a nuestros amigos del Grupo Especial de Rescate de la Defensa Civil Colombiana quienes siempre estuvieron pendientes de nosotros, a la Policía Nacional que nos ayudo a resolver el inconveniente con el vecino y a Toyoteros Colombia, esa gran comunidad de la que todos somos parte y que estuvo pendiente de nosotros durante las 13 horas de paseo.

Gracias a Chris, Arturo, Charles, Felipe, Camilo, Juan Mateo, Jose, Angie, Stash, Rumba y Mauricio, mi padre, quienes fueron nuestro equipo.



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